El recorrido inicia junto a mi compañera de viaje, en Santiago de Compostela, punto de llegada de diferentes caminos que recorren anualmente miles de peregrinos, para venerar al Apóstol Santiago en la majestuosa catedral que guarda sus restos, en Galicia. Envueltas en una nube mística emprendimos desde aquí nuestra propia “ruta del vino”, un recorrido de 5 días y 5 bodegas de Galicia a la Ribera del Duero que se mostró lleno de aprendizajes, experiencias e historias maravillosas.

Día 1:

A tan sólo unos metros de la Puerta del Vino del centro histórico de Santiago de Compostela, nos reunimos a tempranas horas del día lunes con Paula Lobato, Comercial del Departamento de Exportación de Martín Códax quien nos llevaría a conocer las instalaciones de la bodega.

Mientras nos dirigíamos hacia Cambados (provincia de Pontevedra), contemplando a ambos lados de la carretera el paisaje de pinos y eucaliptos bañados por una impresionante neblina, Paula nos comentaba como en Galicia desde hace siglos se produce vino y como esta tradición vinícola está arraigada en el ADN de sus habitantes. Tanto es así que casi todas las familias tienen por jardín un viñedo.

En 1986, 50 visionarios viticultores deciden fundar Martín Códax, una cooperativa para unir esfuerzos y dar a conocer al mundo, la estrella de sus tierras: la uva Albariño, una uva que produce aromáticos y refrescantes vinos blancos con excelente grado de acidez, buen balance y final persistente. La Denominación de Origen (D.O) Rias Baixas, presente hoy en día en todas las etiquetas de vinos 100% Albariño, no se crea sino hasta 1988. Lo impresionante aquí es que Luciano Amoedo uno de los jóvenes fundadores de Martín Códax, fue una de las figuras principales detrás de la creación de esta denominación, hecho del cual los colaboradores de Martín Códax se jactan orgullosamente.

En la actualidad Martín Códax, es la bodega líder en la D.O. con una producción de 3,000,000 de botellas al año. Esto es posible gracias al esfuerzo conjunto de 600 familias repartidas en 300 socios y 300 colaboradores que juntos suman 420 hectáreas de viñedos y entregan las uvas de sus pequeñas parcelas previamente inspeccionadas por el equipo técnico de ingenieros de la bodega. Este equipo, dicta los parámetros y realiza visitas de manera periódica a las parcelas para asegurar la calidad y consistencia del famoso vino que se produce.

Paula tiene una gran sorpresa para nosotras, decide conducirnos primero al viñedo experimental de Pe Redondo, conformado por 6 parcelas en donde nos encontramos con Sara del equipo técnico. La neblina se ha difuminado y dado paso a un sol brillante. Guiadas por esta luz recorremos este gran laboratorio de cielo abierto en medio de un bosque de pinos, donde se realizan pruebas para determinar las mejores condiciones para el desarrollo de las uvas. Aquí Sara nos enseña los diferentes sistemas de conducción de viñedo (ó estrategias de cultivo) que se manejan en el mundo y el que en Galicia utilizan de emparrado o de pérgola, sostenido por impresionantes postes de granito, la piedra que exportan en la zona y que le brinda frescura y mineralidad al vino a través del suelo.
El sistema del emparrado protege la uva de la humedad imperante y permite una buena exposición al sol. La cosecha de las uvas se hace relativamente fácil con este sistema y como es la tradición, de forma manual.

Tomamos fotos, nos despedimos y vamos con Paula a las instalaciones de la bodega en donde nos recibe una singular estatua de la Virgen protectora de las Viñas y seguidamente María Otero quien gentilmente coordinó a la distancia toda nuestra visita. Tanto María como Paula, son chicas jóvenes como nosotras que trabajan en la bodega y aman lo que hacen. De hecho María también es colaboradora, cuando llega la época de la vendimia, se reúne con su familia para cosechar las uvas de su viñedo y luego ofrecerlas a la bodega. Este año, la cosecha se vislumbra fenomenal, quizás una de las más grandes en la historia y nos consideramos afortunadas de ser testigos de este fenómeno. Pronto vemos llegar al lugar de los hechos uno de los socios trayendo sus uvas recién cosechadas. Aquí empieza todo. La recepción de la uva y la selección de las mejores unidades es el primer paso antes de continuar con los demás procesos que convertirán estas uvas en un exquisito néctar.

María toma el relevo y procede a mostrarnos las naves de fermentación y control de temperatura de los vinos blancos entre otros. Una nave de barricas en reposo que sirve de showroom nos adentran en el mundo de las otras etiquetas que ofrecen como Martín Códax Lías y Organistrum, botellas enumeradas y elaboradas con uvas del viñedo de Pe Redondo en muy pequeñas cantidades.

Teníamos un tren que tomar en Vigo para seguir a nuestro próximo destino pero antes Paula y María prepararon para nosotras una cata vertical “VIP” en compañía de Luciano Amoedo Rodiño y Juán Vázquez, su Director General, en la espectacular terraza con vista al mar a un costado de las oficinas que recibe cientos de visitantes al año. Nos sentimos muy afortunadas y visiblemente emocionadas por tal honor. Luciano se presenta y nos dice algo que nos llama la atención: “el segundo apellido es el más importante en Galicia”, no sólo nos identificamos con él sino que con esto confirmamos lo que nos comentaba María momentos atrás, el gran papel de las mujeres en la sociedad gallega.

En un ambiente muy casual sin olvidar un protocolo impecable, Luciano nos presenta sus hijos, 3 cosechas de Martín Códax 2008, 2009 y 2010. El 2008 con la evolución normal del Albariño, con notas a fruta madura como el melón y la piña. El 2009, más irreverente con notas de flores y frutas blancas, menos denso que el anterior y más punzante pero el 2010 se revela aún mejor, demostrando toda su frescura y una gran expresión frutal que hacen de este vino un gran favorito en España y el mundo.

Actualmente, Martín Códax es uno de los vinos más emblemáticos de Galicia. Un vino que además rescata elementos de la cultura gallega para darla a conocer al mundo como lo confirman su nombre y su etiqueta y que rinde homenaje a un gran trovador gallego del siglo XIII. No es de extrañarse, porque el vino también cuenta la historia de una tierra de minifundios y miles de manos que con amor y pasión hacen posible el sueño de 600 familias que todos los años celebran juntas el final de la vendimia con una gran fiesta.

Pero Martín Códax, no es sólo 1 vino, como dice Luciano “tenemos los medios pero todos los procesos los hacemos de forma artesanal” y es precisamente porque tienen los medios y una visión futurista que también producen vinos en las jóvenes denominaciones de origen Monterrei, también ubicada en la zona de Galicia con el vino Mara Godello y Bierzo en la provincia de León donde reina la uva Mencía con el vino Cuatro Pasos, proyectos que Juan Vázquez ha desarrollado para llevar a Martín Códax mucho más lejos.